El respiro duró poco. La mezquita de Pessac, cerca de Burdeos, vuelve a estar en el punto de mira de la prefectura de Gironda, esta vez en la persona de Abdouramane Ridouane, presidente de la asociación de la mezquita, que se enfrenta a un procedimiento de desahucio.
En 2022, la prefectura cerró temporalmente la mezquita de Pessac por considerar que promovía el «islamismo radical» y la «ideología salafista» (orden de cierre). En la orden de cierre también se citaban críticas a la política israelí. Esta orden fue anulada por el Tribunal Administrativo de Burdeos, decisión confirmada posteriormente por el Consejo de Estado.
Sin embargo, los mismos argumentos se esgrimen ahora en la solicitud de la Prefectura para que el Sr. Ridouane sea expulsado a su país de origen, Níger. La comisión encargada de examinar la petición de la Prefectura se reunirá el viernes 31 de mayo a las 14.00 horas en el Tribunal Judicial de Burdeos.
Como consecuencia de este ataque a la mezquita de Pessac, el edificio religioso ha sido pintarrajeado siete veces en los últimos dos años, con insultos islamófobos y racistas. La más reciente fue el 25 de mayo, cuando el grupo racista «Action directe identitaire» escribió «Imams étrangers hors de France» («Imanes extranjeros fuera de Francia») en una de las paredes.